El pasado viernes, 29 de agosto, volvimos a encontrarnos para disfrutar del estupendo cielo de La Malahá. En esta ocasión para ver el impresionante cielo de verano. Esta sesión suele ser además la más placentera por la agradable temperatura nocturna, que facilita una observación prolongada. Comenzamos observando de nuevo Saturno, el planeta de los anillos,con el telescopio. Pasamos luego a contemplar las constelaciones veraniegas. Pero antes disfrutamos de la visión de la Vía láctea, nuestra galaxia, tan difícil de observar en estos tiempos de contaminación lumínica.
Partiendo de El Carro encontramos a nuestra vieja amiga la gigante roja Arturo; luego levantamos la vista para reconocer el triángulo de verano (Vega, Deneb y Altair). A continuación miramos al sur para encontrarnos con la impresionante constelación de Sagitario (que nos indica el camino al centro galáctico)y con la preciosa Escorpio con su supergigante estrella roja Antares. La noche estaba tan clara que pudimos localizar otras constelaciones menos conocidas como Hércules, Cefeo, El Dragón o la Corona Boreal.
Al irnos, Pegaso y Casiopea nos anunciaban ya el cielo de otoño.
Como el cielo oculta imágenes maravillosas que no podemos ver con nuestros ojos o nuestro modesto telescopio, os pongo una de la Nebulosa del Anillo, que está en la constelación de Lyra (la de la estrella Vega).El puntito blanco que se ve en el centro es lo que queda de la estrella moribunda.
